Antes de empezar a desarrollar el artículo hemos de hacernos algunas preguntas ¿los profesionales de la enseñanza reciben la formación necesaria para educar en valores? ¿Saben cómo potenciarlos? Es importante responder a estas dos cuestiones para ver si el proceso de educar en valores es posible llevarlo a cabo.
Además de estos factores personales dependientes del profesor, existen unos factores externos que son igualmente importantes. ¿Crees que existe una contradicción entre lo que la educación propugna y lo que la sociedad manifiesta?
Camps (1994) planteó ¿vale la pena enseñar e inculcar valores morales a unos niños y niñas que deberán moverse y destacar a ser posible en una sociedad que no respeta ni cuenta con tales valores? A la que le sumo ¿la responsabilidad de solucionar la crisis de valores recae sobre legisladores, escuelas y profesores, o sobre toda la comunidad escolar? No podemos pensar que el profesorado es una panacea que remediará el mal ejemplo de toda la comunidad, de todas sus omisiones, conscientes o no.
Existen dos formas para transmitir valores: Enseñar actitudes inconscientemente o hacerlo de forma planificada y estructurada. En la escuela no existe ningún área ni materia encaminada al desarrollo de estos, no deja de ser la enseñanza en valores un elemento que forma parte del currículo oculto y que de forma consciente o legitima no aparece dentro del currículo escolar.
La LOGSE, se considera el tratamiento del dominio o ámbito afectivo a través de los temas transversales y de contenidos introducidos en el currículo pero son necesarias, de acuerdo con Devís Devís (1996), propuestas claras que vayan más allá de la formalidad burocrática. Superar la barrera entre ilusión y realidad se convierte en un objetivo ya no solo propiedad del profesorado, sino también de los legisladores. No olvidemos que aunque no venga recogido dentro de ningún currículo de E.F. de forma explícita, una función propia sería la "moralizadora", iniciada ya en Inglaterra en el Siglo XIX y sus "Public School" y, si retrocedemos más, en la Italia del Siglo XV en la "Casa Giocosa".
Centrándonos en el área de Educación Física, ¿cómo abordar en la actividad físico-deportiva el desarrollo de los valores? ¿Cuáles pueden ser las vías más propicias para lograr la acción educativa que deseamos?
En este sentido hay que decir que en todas las épocas cada sociedad ha utilizado métodos para hacer que los individuos adopten los valores significativos de su cultura.
Ana María Gonzáles Garza lo resume en cuatro grupos principales:
1. El grupo de los “Métodos Impositivos”, muy usados en el sistema educativo conservador, donde una autoridad impone, obliga, sanciona, dirige e impide la libertad de elegir
2. El grupo donde caen los “Métodos Moralistas”, representados por el viejo refrán de “Haz lo que yo digo, no lo que yo hago”. Aquí los valores se trasmiten mediante sermones, consejos, reglas pre-establecidas, buscando que el individuo viva de acuerdo con los valores que le son incorporados de esta manera.
3. El grupo donde están los “Métodos Laisse Faire o Dejar Hacer”. Aquí la autoridad no se involucra ni se compromete, dejando al individuo en total libertad. Es el método que pretende que el propio individuo llegue a descubrir los valores, si selecciona bien o mal, es su problema.
4. El grupo de los “Métodos que proclaman el Humanismo”, que se asientan en el ofrecimiento no impositivo de los valores, a partir de compartir la propia experiencia, pero respetando la experiencia del otro, y sobre todo viviendo comprometido y en franca congruencia con los valores que defiende.
Para Le Boulch "un deporte es educativo cuando permite el desarrollo de sus aptitudes motrices y psicomotrices, en relación con los aspectos afectivos, cognitivos y sociales de su personalidad". Es decir, se trata no sólo de una educación por conocimientos (técnica, fundamentos individuales, táctica,...) como tradicionalmente se había venido transmitiendo, sino, además y sobre todo, de una educación en aptitudes que configuren en el ámbito global de la personalidad del niño una serie de valores propios a la actividad que realizan (no coyunturales ni propios a su sociedad) y que le ayuden a formarse como persona, por encima de las creencias, ideas e ideologías en que, sin ningún género de dudas, se pueden ver inmersos. Se trata de coadyuvar a la formación y no únicamente a la información. Y sigue Seirul.lo que lo educativo del deporte es que contenga como referencia valores de autonomía y libertad, entre otros.
En resumen, "la actividad deportiva (...) debe basarse en la ciencia para configurar un tipo de práctica que comprometa íntegramente a la personalidad del deportista. Lo educativo de las prácticas deportivas no es sólo el aprendizaje de las técnicas, táctica, el beneficio que aportan,... sino además que el individuo se configure como persona”.
Muy buen artículo.
ResponderEliminarGracias Alejandro, está realizado con la idea de que os resulte interesante y sobretodo que a cada persona que lo lea le pueda aportar algo, ya sea docente o no.
ResponderEliminarComentarios como el tuyo nos hace que sigamos adelante, sabiendo que hay gente a la que le resulta atractivo e interesante lo que escribimos, gracias por el comentario.
Saludos compañero